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A la hora de elegir un buen café, muchos consumidores se dejan guiar solo por el empaque o el precio. Sin embargo, existen señales claras que permiten identificar un producto de calidad antes de realizar la compra. Aprender a reconocer estos elementos garantiza una mejor experiencia en taza y mayor seguridad en lo que consumes.
El primer indicador es la trazabilidad. Un café de calidad menciona el origen, la finca, la altitud y el proceso. Cuando un empaque es transparente con esta información, puedes confiar en que su productor está orgulloso del grano que ofrece y del trabajo que hay detrás.
También es importante revisar la fecha de tostado. Los cafés especiales deben consumirse entre 10 y 45 días después del tueste para disfrutar su mejor sabor. Un café sin fecha visible puede ser un producto viejo o almacenado demasiado tiempo.
La presentación del grano es otro aspecto fundamental. Los mejores cafés tienen granos uniformes, sin manchas ni roturas. Si notas granos negros, pelados o muy partidos, probablemente se trate de una mezcla de calidades o un proceso de selección deficiente.
En Café Robles del Macizo cuidamos cada detalle para garantizar frescura, calidad y transparencia. Cuando eliges un café con origen y fecha de tostado claro, sabes que estás recibiendo un producto confiable, auténtico y lleno de sabor.